No olvidamos
Cuando desde la derecha o la falsa izquierda se apela a la transición hacia la democracia como ejemplo de concordia, acuerdo y política multilateral, muchos olvidan que ese mismo proceso histórico estuvo plagado de episodios que se alejaron de todo lo anterior. La transición estuvo plagada de fallos, desacuerdos profundos, chantajes de todo tipo y del terror impuesto por las armas de unos y otros. La transición fue una lucha en todo regla; una lucha política que se llevó a cabo desde todos y cada uno de los frentes que en ese momento habían logrado organizarse en una España revuelta. Desde los mecanismos de poder de un residual régimen franquista, los oligarcas y los integrantes del Movimiento se negaban a aceptar el inexorable destino colectivo iniciado en 1931; desde la clandestinidad, las fuerzas más democráticas [y aún ilegales] trabajaban desde los pocos resortes que controlaban [básicamente el mundo obrero-laboral] para la instauración de una democracia robada por los mismos que pretendieron controlar, en todo momento, el proceso político de transición.
Y en esa revuelta España de 1977, hace treinta años, cinco personas fueron masacradas a balazos por terorristas de extrema derecha contrarios a los principios básicos por los que nos regimos en estos momentos. A balazos intentaron luchar contra el discurso de la libertad, la igualdad y los derechos humanos defendidos, entre otros, por Comisiones Obreras o el Partido Comunista de España; en ese 24 de enero de 1977, en el nº 55 de la calle Atocha los fascistas, los mismos que condenaron a todo un pueblo a las injusticias de una dictadura y a las masacres de una guerra, intentaron defender su caduca y repugnante verdad a la fuerza. Asesinaron a los aborgados laboralistas Javier Sauquillo, Javier Benavides, Serafín Holgado, Enrique Valdevira y al trabajador Ángel Rodríguez. También hirieron a otras cuatro personas, Alejandro Ruiz, María Dolores González, Luis Ramos y Miguel Sarabia, éste último fallecido hace sólo dos dias. Y por primera vez desde la RE-instauración de la democracia en España, un Presidente del Gobierno ha sido capaz de reconocer la trascendental aportación del entorno del Partido Comunista de España a ese proceso de tránsito a la democracia. Objetivamente hablando, el partido político que más cedió para que todos y cada uno de nosotros disfrutemos de un [imperfecto] régimen de libertades, fue el PCE y las izquierdas más allá del PSOE. A continuación reproduzco un extracto del discurso del Presidente del Gobierno en la conmemoración de este treinte aniversario; uno de los pocos discursos coherentes y dignos desde su acceso a la Presidencia:
[...] España salía de un túnel oscuro, largo, duro; tocaba con las manos esa poderosísima esperanza que representan la libertad y la democracia, y los asesinatos de Atocha representaron un momento no sólo de dolor y angustia sino también de incertidumbre sobre el futuro que merecían los españoles, en tantas ocasiones negado por la fuerza. Era la incertidumbre sobre una democracia que empezaba a ser la única forma política por la que los españoles podían y debían apostar. [Homenajeo] la contribución de estos 30 años de CC OO; la aportación imprescindible, determinante a la transición del PCE; y la de los abogados laboralistas a esta familia de demócratas defensores de los trabajadores. Un país se reconoce y se siente orgulloso de sí mismo y puede levantar la cabeza ante la historia cuando es capaz de reconocer a gente que nunca va a protagonizar la historia con mayúsculas, pero es la gente que de verdad hace la historia. Abogados laboralistas, trabajadores, gracias por estos 30 años, desde la memoria, el dolor y el reconocimiento a tanta lucha.