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Homonormatividad



He criticado en anteriores posts el carácter binario de las identidades humanas [sexuales o no], el asfixiante dualismo categórico impulsado por el discurso mayoritario operante y la sistemática crítica queer a dichas realidades duales. En una sociedad, como la nuestra, con explícitas tendencias heteronormativas, en los últimos veinte años hemos asistido a la consolidación de un espacio normalizado/normalizador alternativo, pero a la vez complementario del heteronormativo. La heterosexualidad obligatoria lleva aparejada una homosexualidad forzada [si no se es lo primero, se es lo segundo] constituida progresivamente en un espacio de asimilación heteropatriarcal tolerado por el sistema y el discurso. De esta manera, la homosexualidad normativa [homonormatividad], aquella a la que el discurso y el sistema permiten existir en un marco discursivo patriarcal y heterosexista, subsiste gracias a su asimilación con las instituciones, los discursos y los objetivos de la heteronormatividad. Con la constitución de una sociedad binaria, el sistema y el discurso operante expulsan hacia los márgenes de lo moral y legalmente tolerable aquellas identidades, prácticas, cuerpos y discursos que desafían la simplicidad de las lógicas duales hetero y homonormativas; los intersexuales [cuyo físico desafía las lógicas normativas] son pues, castigados, reprimidos o marginados; los bisexuales son tolerados en un marco [discursivo] que los obliga a elegir una de las dualidades sexuales determinadas y normalizadas discursivamente; los asexuales, sadomasoquistas, adróginos... conforman realidades sexuales enfrentadas a la normatividad sexual, obligadas a vivir al margen de la sociedad dual.
De la crítica queer al discurso sexual dualista nace el concepto de homonormatividad, una alusión directa a los procesos de asimilación promovidos por las instancias más conservadoras del lobby lesbogay y por las realidades discursivas normativas. Para el citado lobby, el deseo homosexual es una fuerza natural, una esencia interna reprimida durante milenios por el heteropatriarcado que necesita de una aceptación socio-discursiva que legitime las relaciones, el amor o el deseo entre personas del mismo sexo. De esta manera, la identidad homosexual se nos presenta como natural, al margen de cualquier concepción que evidencie el hecho de que la homosexualidad se construye socialmente; las corrientes más conservadoras del movimiento LGTIB [incluyo a los intersexuales, I, discriminados por el citado movimiento] son incapaces de entender que los deseos sexuales, como tales, no son entidades biológicas preexistentes, sino que se construyen en el curso de prácticas sociales históricamente determinadas [Foucault, 1980].
La homosexualidad ha terminado convirtiéndose en una construcción cultural que ha normalizado lo que, hasta el momento de su asimilación por el discurso operante, era una práctica disidente, marginal, subversiva... La homonormatividad complementa la heternormatividad en todos los aspectos, a pesar de incurrir en un grave conflicto interno [de signo discursivo] al cuestionar los principios de lo heteronormativo desde un discurso claramente asimicionalista. Pero esta puesta en cuestión de los principios básicos de la heteronormatividad [desde el discurso homonormativo] se ha centrado en una crítica mordaz hacia el sistema patriarcal y heterosexista, pero no a las lógicas binarias del propio discurso que se intenta poner en cuestión. De esta manera, desde las instancias honomormativas se promueve la adopción de las estructuras e instituciones heterosexuales [matrimonio, relaciones de poder de género, descendencia de sangre...], a la par que se ataca e ilegalizan aquellas identidades sexuales que operan al margen de la normatividad [hetero u homo]. Si seguimos esta básica linea deductiva llegamos a la conclusión de que la homosexualidad ha terminado por constituirse en una práctica sexual y una identidad normativa, que a pesar de haber desafiado a las lógicas identitario-sexuales del heteropatriarcado, ha terminado por ser asimilado por las estructuras que hasta entonces la excluia.
Frente a una homosexualidad normalizada nos hallamos ante identidades sexuales mucho más desafiantes e incluso subversivas de base; la bisexualidad se nos presenta como una identidad que no acaba de encontrar su espacio en el marco hetero y homonormativo. Para l*s heterosexuales, l*s bisexuales son un*s degenerad*s, entregad*s al placer por el placer con hombres o mujeres indistintamente; para l*s homosexuales, l*s bisexuales son gays o lesbianas que aún no han reconocido su esencia interna homosexual, su verdad interna oculta. Desde las instancias hetero u homonormativas se promueve una marginación pública de l*s bisexuales, sancionando sus prácticas o identidades [son inestables, promiscuos, infieles; se les estigmatiza por estar en el armario...]. Los intersexuales desafían las lógicas normalizadoras desde sus cuerpos diferentes, poniendo en cuestión las imagenes corpóreas del discurso hegemónico. De esta manera, la intersexualidad se nos presenta como repugnante, como un fallo de la naturaleza [1 de cada 2.000 niños es intersexual] que necesita de la intervención tecnológica de la heteronormatividad [cirugía plástica, tratamientos hormonales o reasignación de sexo].

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  • Anonymous Anónimo says so:
    6:03 p. m.  

    Desde mi punto de vista un Bysexual es una persona que disfruta tanto de un hombre como de una mujer, somos mas autenticos, hacemos lo que queremos cuando queremos, desechamos las etiquetas que necesitan los gays para sentirse identificados. top

  • Anonymous Anónimo says so:
    3:20 p. m.  

    Gracias por tu comentario, anónimo. En ningún momento comenté en el texto que los bisexuales fuerais más "auténticos" ni que se enfrenten a etiquetas o identidades homo y heteronormativas. No creo que los bisexuales rechacen una identidad sexual determinada, cuando tu mismo te posiciones e identificas con un bisexual. En ningún momento hablo de destruir identidades, sino de rearticular las existentes y desmitificar su esencialismo categórico. De lo que se trata, a fin de cuentas, es de que tod*s podamos crear identidades alternativas a las binarias y que esas identidades personales sean respetadas por el resto del cuerpo social. top

  • Blogger ...YO says so:
    11:14 p. m.  

    Hola
    Coincido con tu análisis. La bisexualidad escapa a la normatividad hegemónica de uns sociedad patriarcal y capitalista. Por eso, yo como bisexual, me sumo a los que hemos experimentado el rechazo social y las complicaciones de esta doble impulsividad. Estoy haciendo un blog sobre este tema, me gustaría saber si quieres colaborar o si al menos me puedo piratear tus textos. Están chidos.
    Un abrazo top

  • Blogger Xerach says so:
    3:37 a. m.  

    Por supuesto, todo el material de este blog es de libre acceso y publicación [regulaciones Copyleft], aunque te agreadecería que pusieras un enlace a mi blog si es posible. Cuando tengas lista la web avísame para echarle un vistazo. Gracias por tu visita, un abrazo. top

  • Anonymous Anónimo says so:
    7:26 p. m.  

    hola, estoy haciendo un trabajo y gracias a este blog he entendido el término homonormatividad, me podrías decir que es el homonacionalismo? gracias top

  • Blogger Ayesha says so:
    9:30 p. m.  

    Qué literatura recomendarías a los interesados en el tema? top

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