Escalofriante
La hipocresía del Partido [Socialista Obrero] Español y su gobierno no tiene límites; leo en un comunicado conjunto de Greeenpeace España, Oxfam-Intermón y Amnistía Internacional que España es el primer proveedor mundial de municiones del África subsahariana, unas exportaciones que se realizan sin ningún control estatal posible hasta la fecha. Estas ONG han criticado al gobierno de Rodríguez Zapatero por incumplir el plazo [hmm esto me suena] para presentar una ley que regule el comercio de armamento. Al parece, el 30% de las ventas de armamento español no superarían el Código de Conducta de la Unión Europea que estipula que los países miembros no deben vender material armamentístico a países o zonas inmersos en conflictos armados, en los que se violen los derechos humanos o en los que imperen la pobreza, la miseria y el hambre.
Al parecer, nuestro pacifista presidente del gobierno y su ejecutivo habían prometido el 13 de diciembre de 2005 aprobar en menos de un año una ley que regulara la venta e importación de armamento, ergo, regular de una vez por todas los materiales que alimentan y perpetúan las guerras que tanto critican los socialistas españoles. La proposición no de ley, aprobada por unanimidad por todos los grupos políticos presentes en el Congreso, exhortaba al gobierno a crear una ley que hiciera menos opaco el comercio español de materiales de guerra; hasta la fecha las respuestas del actual ejecutivo pacifista español al problema han sido nulas. Los datos oficiales de 2005 [no nos olvidemos que el comercio de armas es uno de los negocios más turbios de los existentes] afrman que España vendió materiales armamentísticos por valor de 419 millones de € a 48 países, entre ellos naciones en conflicto o en los que se violan sistemáticamente los derechos humanos básicos. También se vendió tecnología y productos de doble uso a 56 países por valor de 58 millones de €, destacando la venta de material nuclear [reactores y uranio empobrecido] a la siempre democrática República Popular China. Hay que destacar el escalofriante dato de que España es el primer exportador mundial de municiones al África Subsahariana; se estima que se vendieron 37 millones de cartuchos únicamente a Ghana en 2004, pero estas ventas no aparecen en los datos oficiales porque se hicieron pasar por munición de caza.
Si lo de las municiones os ha dejado igual de estupefactos que a mí, no os perdais la segunda parte de esta terrible historia de doble moral socialista. Al parecer nuestro Presidente del Gobierno y su ejecutivo, mientras andan apoyando procesos de paz en el interior y en el exterior [paz en Euskadi, retirada de tropas españoles en Irak, actuación de tropas españolas en Afganistán...], autoriza, a la vez, que empresas españolas fabriquen y exporten las temidas y brutales bombas de racimo. Además, el Ejército de nuestra gloriosa España [nótese el tono jocoso] posee un arsenal [dicen que limitado] de este tipo de bombas. Este tipo de bombas han sido utilizadas en diversos conflictos desde la década de 1960, principalmente por aquellos países pertenecientes a la Alianza Atlántica y en conflictos como el palestino-israelí, Líbano, Afganistán, Vietnam, Irak, Kosovo, o Laos. Sólo en el Líbano se estima que en la guerra de este verano contra Israel, los hebreros dejaron aproximadamente 1 millón de submuniciones sin detonar, con el peligro extremo que estas bombas suponen para los civiles [especialmente niños].
Las bombas de racimo están formadas por una "bomba contenedor" que puede ser lanzada desde tierra, mar o aire; durante su trayectoria contra el objetivo fijado, la bomba se abre expulsando cientos de submuniciones [una especie de metralla] que se dispersan ampliamente. En teoría, las bombas de racimo estallan al impactar contra el objetivo, pero esto no siempre ocurre. Estas bombas actúan de forma indiscriminada, sin tener en cuenta blancos militares o civiles; poseen una altísima tasa de error y afectan casi en exclusiva a las poblaciones civiles, lo que se traduce en que el 98% de sus víctimas sean inocentes, y muy especialmente niños. Aquellas bombas que no estallan [alrededor del 30%] se convierten en una especie de mina antipersona, y son incluso más peligrosas que éstas ya que están diseñadas para matar y no para herir o mutilar. Si bien es cierto que las minas antipersonales fueron prohibidas por el Tratado de Ottawa de 1997, las bombas de racimo aún no han sido sometidas a un procedimiento internacional similar. A pesar de ello, Noruega ha decidido abanderar la causa y liderar el emergente grupo de países contrarios a estas máquinas de la muerte. En febrero del presente año, Bélgica se convertía junto a Noruega en el primer país en prohibir la fabricación, venta, uso y almacenamiento de este tipo de bombas en su territorio; en febrero de 2007 se espera que estos dos países inicen una campaña internacional para prohibir las bombas de racimo.
Mientras, en la España de la pax socialista tenemos que seguir aguantando las insolencias de un Gobierno no sólo contradictorio en sus tesis, sino con unas políticas globales en ocasiones inasumibles por aquellos que nos consideramos de izquiedas. ¿Cómo puede el señor Zapatero seguir promocionando la estúpida pantomima de la Alianza de Civilizaciones, que en teoría promueve la paz y la concordia entre los pueblos del mundo, mientras en su país sigue produciéndose armamento de dudosa moralidad que mata y asesina en cientos de países del globo? ¿Cómo pretenden los socialistas compaginar las ayudas al desarrollo previstos en el Plan África con la venta masiva de municiones y armas ligeras a los países en conflicto del África subsahariana? ¿Nos están tomando por gilipollas estos falsos socialistas? Yo no dudo en afirmar una y otra vez que los socialistas españoles hacen uso de una doble moral que va mucho más allá de la desarrollada por la derecha española. Con sus políticas vacías, marcadas por una retórica intragable, estos elementos de centro [no, no son de izquierda ni lo serán jamás] pretenden desarrollar una tarea ejecutiva neutra, ambivalente y sin compromisos factibles con los valores básicos de una sociedad que se dice democrática. ¿A qué juegan los socialistas españoles? ¿A tomarnos el pelo a los españoles hablando de paz, talante, concordia mientras venden materiales para la guerra [materiales para matar] al continente más afectado por la mayor plaga humana habida y por haber?
Para más información lean el informe de Greenpeace acerca de las bombas de racimo, atlamente recomendable: