Aberraciones heteropatriarcales
Hoy se celebra en todo el planeta el día internacional contra la violencia de género. Una de las mayores lacras del mundo actual, la violencia de cualquier tipo dirigida hacia las mujeres, es un problema de dimensiones globales; la violencia de género [mal llamada "doméstica] traspasa clases sociales, niveles económico-culturales y países. Tal y como afirma Amnistía Internacional, una de cada tres mujeres del mundo sufren violencia a manos de sus parejas al menos una vez en la vida. En lo que llevamos de año, aquí en España han muerto a manos de sus parejas 61 mujeres, sin que la super-ley promovida por el inmovilista y demagogo gobierno socialista, la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género [en funcionamiento desde hace 2 años], haya cambiado en mucho este deplorable panorama.
En otras partes del globo, como en México, las Naciones Unidas acaban de hacer un llamamiento para que el nuevo gobierno del PAN acabe definitivamente con los escuadrones de la muerte en Ciudad Juárez, donde desde 1993 se han contabilizado más de 100 asesinatos de mujeres [la mayoría aún sin esclarecer]. En cuanto al trágico conflicto oaxaqueño, Amnistía Internacional y las Naciones Unidas han exhortado al gobierno mexicano a que se investiguen a fondo las denuncias de varias mujeres que parecen haber sufrido violaciones a manos de la Policía Federal Preventiva enviada por el carnicero Fox al rebelde Estado de Oaxaca. La utilización de la violación física e intimidación sexual hacia las mujeres [manifestantes o parientes de personas vinculadas a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca] parece haber sido recurrente desde la entrada de la PFP en la ciudad capital del Estado. Las mujeres de Oaxaca han jugado un papel central en el conflicto; se han organizado en torno a grupos de activistas que han hecho frente a la intimidación [violenta y sexual] de las fuerzas del desorden, y se han estructurado en un plano de igualdad con sus compañeros masculinos en torno a la APPO. Recomiendo la lectura de una carta dirigida por una madre oaxaqueña a la policía federal [enlace a través de Indymedia Chiapas].
La utilización de todas las formas posibles de violencia hacia las mujeres, detectadas desde conflictos tan lejanos como la II Guerra Mundial, parece haber ido en aumento desde la segunda mitad del s. XX. El deplorable uso masivo de la violación de mujeres como arma de guerra llegó a los extremos más repugnantes durante la guerra en la ex-Yugoslavia [1992-1995] y en el genocidio ruandés [1994]. La utilización de la violación como forma de intimidación en conflictos locales, regionales o de baja intensidad, ha sido registrado en casi todos los lugares del planeta. Desde el Tíbet, pasando por Chechenia, Chiapas, Oaxaca, Palestina, Vietnam, Irak [1990 y 2002-2006], Líbano, hasta los más graves de Yugoslavia y Ruanda.
Amnistía Internacional mantiene abierta una campaña llamada Stop violence against women [paremos la violancia contra las mujeres], donde se puede suscribir una declaración de rechazo explícito hacia esta lacra, hacia un comportamiento humano aberrante que viola los derechos humanos más básicos de las mujeres.
