A por los perros
De sobra es conocida la política china de "un sólo hijo por pareja", una medida adoptada hace años para impedir la incontrolable explosión demográfica del gigante asiático. Pues bien, por si les parecía insuficiente las restricciones sobre el número de hijos, la libertad de conciencia y de expresión o el control sobre internet ejercido por el gobierno de Pekín, las autoridades de la capital china han aprobado una nueva ley por la cual sólo se permite tener un perro por familia. Pero además, la tenencia y posesión de estos animales está sujeta a una seria limitación: los perros no pueden superar los 35 cm de altura. Según las autoridades de Pekín, la medida pretende evitar la propagación de una plaga descontrolada de rabia [una medida que se une a la exterminación masiva de perros abandonados, en torno a unos 50.000 únicamente en en sur de China].
Pero yo me pregunto ¿qué relación puede haber entre el tamaño de un perro y las posibilidades de que esté infectado por la rabia? ¿Acaso los perros grandes son los únicos que pueden morder y, de esta manera, infectar a los humanos? Pero más surrealista aún es el hecho de que la mayor parte de los perros domésticos no han sido vacunados [ergo, son candidatos potenciales a contraer la rabia], debido a los precios desorbitados de las clínicas veterinarias chinas. Y yo me vuelvo a preguntar ¿no sería más lógico vacunar masivamente a estos animales que prohibir su tenencia o fomentar su sacrificio masivo?