Recordándolos
Muchos se olvidan que en la red de campos de concentración gestada e ideada por los jerarcas del nazismo, no sólo murieron judíos; de hecho, los primeros en pisar los campos de la muerte fueron los disidentes políticos, y muy especialmente los comunistas alemanes. La "caza de brujas" orquestada por Hitler terminó enfocando sus esfuerzos en la eliminación física y total de los judíos centroeuropeos. En los mortíferos campos perecieron, por igual, judíos, gitanos, republicanos españoles, colaboradores de las diversas resistencias nacionales, y, por supuesto, homosexuales. Éstos últimos son sistemáticamente olvidados por la historiografía oficial, por el cine, los documentales o la literatura. Muchos de los homosexuales confinados en los campos entraban en ellos con un doble estigma: muchos eran judíos u otros opositores políticos, pero a su vez, eran homosexuales. Y como tales fueron degradados, incluso por sus propios compañeros de barracón, a la mínima expresión humana: los judíos homosexuales eran clasificados a través de una estrella de David de color rosa, lo que los diferenciaba automáticamente de los judíos heterosexuales. Las historias de los supervivientes de los campos son estremecedoras: los judíos homosexuales sufrieron, por su condición sexual, una doble opresión: la de los captores alemanes y la de sus propios compañeros, que los sometían a violaciones, palizas e insultos.
Es la historia de los que, con toda probabilidad, sufireron el peor de los holocaustos posibles, y muy a pesar de todo esto, han sido los que han debido de sufrir un olvido intolerable. Por todo ello, la noticia de que el Gobierno de Alemania ha dado luz verde a la construcción de un monumento a las víctimas homosexuales del Holocausto, es más que esperanzadora. El proyecto es un sencillo cubo de grandes dimensiones con ventanales desde los que se podrán ver distintas proyecciones. Los creadores del monumento han adelantado que, una de las principales imágenes en movimiento a proyectar, será la de dos hombres besándose. El monumento costará 600.000 euros y se construiría cerca del Reichstag [Parlamento alemán] y a un lado del ya construido monumento a las víctimas judías del nacionalsocialismo. Las lesbianas criticaron duramente el proyecto porque, al parecer, la idea original sólo estimaba la proyección de la imágen de dos hombres besándose eternamente. Desde este blog apoyo esta y cualquier otra iniciativa de carácter cívico y monumental que promocione los valores de la tolerancia y la concordia, y muy especialmente, el rescate de la memoria de aquellos que sufrieron, en sus propias carnes, el rechazo, la persecución y la muerte por el hecho de sentirse atraido, amar o querer a alguien de su mismo sexo.
Etiquetas: Democracia, derechos humanos, homofobia, homosexualidad