Yingying
En Inglaterra andan revolucionados con el logotipo que, por valor de 600.000 euros, ha diseñado un tipo para los JJ.OO de 2012 en Londres. El logo es bastante atrevido, aunque, todo sea dicho de paso, es algo cutre. Como propaganda-flyer para una fiesta de electroclash ochenteno la cosa podría escapar, pero como símbolo de unos Juegos Olímpicos podría ser cuestionado. El diseñador de tan cutre logo es, nada más y nada menos, que el mismo que ideó la nueva y patética imagen corporativa de Movistar [sí, el del moco ese horrible]. Al parecer “la cosa” se ha inspirado en los números “2012” y en un hipotético atleta vanguardista-cubista-futurista a punto de salir corriendo [o eso al menos dicen sus creadores]. Para enredar aún más la historia, una organización defensora de epilépticos ingleses denunció que, por culpa de un anuncio que promocionaba el logotipo en televisión, numerosos pacientes sufrieron convulsiones como consecuencia del visionado de “la cosa”. Al parecer, a los diseñadores no se les ocurrió mejor idea que convertir a un nadador a punto de zambullirse en una piscina en el citado logotipo, a la vez que varios colores muy llamativos [y muy ochenteros] se sucedían rápidamente.
Muchos de los que ahora critican el logotipo de los Juegos de Londres parecen no ser muy conscientes de que el logo de los Juegos del próximo año en Pekín es aún más horrendo [es una especie de atleta deformado formado por trazos]. Y peor aún, las mascotas oficiales de dicho acontecimiento son una prueba más del mal gusto que caracteriza a los jerarcas del Partido Comunista Chino. Cinco bichos con apariencia de muñeco con pilas [de esos que se venden en el rastro en los bares de copas] forman el terrible quinteto de mascotas de los Juegos chinos. Uno de ellos es un antílope tibetano de nombre chino Yingying. Y ustedes se preguntarán ¿a qué viene todo un post dedicado a un estúpido logotipo y a unas aún más estúpidas mascotas olímpicas? Pues, en mi opinión, la citada mascota es una prueba más [a pequeña escala, eso sí] de la propaganda política del régimen chino. El COI decidió conceder los Juegos a China con el objetivo de mejorar sustancialmente los derechos humanos del Gigante Rojo, pero la realidad ha sido bien distinta. El régimen comunista ha hecho de los Juegos su particular cruzada para convencer a media humanidad de las bondades de su sistema dictatorial, convirtiendo una cita deportiva en un ejercicio de cinismo y propaganda distorsionada sin fin. Resulta lamentable que el COI y los restantes organismos internacionales deportivos y políticos estén dando cobertura a este bochornoso espectáculo. Conceder la celebración de acontecimientos deportivos de tal calibre a una nación que sistemáticamente viola los derechos humanos y constituye, junto a Corea del Norte, Cuba, Corea del Norte o Birmania, el deshonroso “club de violadores de derechos” a escala mundial, constituye un ejercicio de irresponsabilidad política suprema. Y ese estúpido antílope tibetano con nombre de chino mandarín, es una prueba menor de que los chinos, en su particular batalla por controlar la propaganda y la opinión pública mundial, están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de convencernos a todos de que la violación de los derechos humanos es un mal menor con el que hay que convivir. Una razón más para boicotear estos Juegos y hacer campaña por un Tíbet libre.
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