Hija de perra
No puedo dejar de comentar esta noticia, me es imposible. Hace unos meses, concretamente el día despés de que de mi setter irlandés, Nira, nos dejara, me hice eco en este blog de la noticia de que, por primera vez en España, se imponía una condena económica a una mujer que había abandonado a dos perros en una casa durante al menos dos meses. Los voluntarios de la Asociación El Refugio procedieron a su rescate, a la par que denunciaron a la propietaria de la vivienda y de los animales por abandono. Un juez multó a la susodicha con el pago de 360 euros, pero ante el impago de la mencionada multa, el juzgado la ha condenado a 15 días de arresto domiciliario. La noticia es más que esperanzadora: por primera vez en España se le ha impuesto a un maltratador de animales un arresto, lo que abre definitivamente la puerta a condenas de mayor envergadura por violar las leyes que amparan y protegen a todos los animales domésticos. Curiosamente, uno de los perros abandonados por la condenada es un setter irlandés [llamado Guille] que ni tan siquiera llegaba al año de vida. No entiendo como un ser humano es capaz de dejar en un estado de absoluto abandono a un perro, por no decir que es absolutamente inexplicable cómo alguien puede llegar a ser capaz de maltratar a una raza tan noble como la del setter irlandés. Poco a poco seguimos avanzando hacia un estado de protección total de los derechos de los animales. porque éstos no son una broma; son imprescindibles y hay que seguir defendiéndolos a toda costa.
Etiquetas: derechos animales, liberación animal, Nira
11:33 p. m.
A ver cómo lo explico...
El tema del abandono y el maltrato a animales de compañía o que, simplemente, uno encuentra por la calle (si han sido previamente abandonados, claro) es un problema a tratar, cierto, pero considero que el auténtico escollo llegará cuando sigamos avanzando en esto (que es necesario avanzar aún más, casos como el que comentas así lo atestiguan) y lleguemos a la alimentación. Ya se ha llegado en parte con el asunto de la producción de foie y cómo hace sufrir su producción al animal (no siempre: hasta en esto hay formas y formas). Pero, más allá de eso, ¿qué pasará cuando entremos a considerar, por ejemplo, si es humano tener a una ternera encerrada y con su vida marcada y dirigida para luego matarla? Aunque se pongan barrotes de oro a su prisión, dirán algunos (como la ternera de Kobe, que masajes recibe y todo, la jodía). Yo sólo planteo la pregunta, no doy respuesta alguna (no la tengo), y me temo que ahí acabaremos, tarde o temprano. En una discusión de hasta qué punto es lícito que utilicemos formas de vida como mero recurso material. Pero para eso aún falta.
Así que, centrándonos en la actualidad, la protagonista de la historia se merece con todas el título de esta entrada.
Un saludo. top