Confesiones [corpóreas]
Focoult sostenía que el poder político-social se organizaba siguiendo una estructura cristianizante, es decir, trasladando las instituciones del cristianismo occidental al plano político moderno-liberal. Y en esta organización sociopolítica, el sistema instaura un mecanismo de control y/o subordinación basado en el sacramento de la confesión, cuyo principal cometido es el control y la represión de los discursos. Si bien es cierto que la hipótesis represiva inicial se transforma en su obra con el paso del tiempo, pasando a creer que la confesión, en sí, ayuda a los sujetos a constituir su propio “yo” con la asistencia del “otro” o confesor, ésta se combina con una teoría de la “verbalizacion permanente” a través de la cual los sujetos se construyen e imaginan.
Butler, en su obra Deshacer el género, ejemplifica la confesión a través del dialogo entre un paciente y su psicoanalista, a la par que desarrolla una “hipótesis de la confesión” sumamente interesante. En ella afirma que el hacer una confesión implica, de base, poseer un discurso, unas palabras interiorizadas por el sujeto durante un período de tiempo. Y es aquí donde Butler, y lógicamente los defensores del giro-lingüístico, otorgan un papel central al lenguaje; ésta lo presenta como un acto corpóreo, ya que al hablar estamos realizando una especie de presentación de nuestros propio cuerpos. Pero esos mismos cuerpos que nos permiten hablar, no nos dejan hacerlo de cualquier manera: el cuerpo limita el habla y lo estructura, y poco importa que esa comunicación sea hablada, gestual o simbólica, porque en todos los casos, el uso del cuerpo es imprescindible. En el caso de la confesión sexual, el que habla hace alusión a un acto realizado por su propio cuerpo, es decir, el cuerpo que habla es el mismo que realizó la acción que se confiesa. Y si bien es cierto que el lenguaje es el medio fundamental a través del cual contamos el acto corporal, éste se halla a merced de los resortes corpóreos fundamentales en este caso: la laringe y la boca, protagonistas, a su vez, del intercambio corporal que se confiesa. Es así como Butler sostiene que la verbalización fruto de la confesión se convierte en la propia escena principal de lo relatado. Llegados a este punto, Butler se hace dos preguntas interesantes que dejo abiertas: ¿cuál es el contenido principal de una confesión? ¿Es un hecho, un vía para expresar el deseo, una ansiedad o una culpabilidad sobre la cual la confesión actúa como bálsamo?
Butler, en su obra Deshacer el género, ejemplifica la confesión a través del dialogo entre un paciente y su psicoanalista, a la par que desarrolla una “hipótesis de la confesión” sumamente interesante. En ella afirma que el hacer una confesión implica, de base, poseer un discurso, unas palabras interiorizadas por el sujeto durante un período de tiempo. Y es aquí donde Butler, y lógicamente los defensores del giro-lingüístico, otorgan un papel central al lenguaje; ésta lo presenta como un acto corpóreo, ya que al hablar estamos realizando una especie de presentación de nuestros propio cuerpos. Pero esos mismos cuerpos que nos permiten hablar, no nos dejan hacerlo de cualquier manera: el cuerpo limita el habla y lo estructura, y poco importa que esa comunicación sea hablada, gestual o simbólica, porque en todos los casos, el uso del cuerpo es imprescindible. En el caso de la confesión sexual, el que habla hace alusión a un acto realizado por su propio cuerpo, es decir, el cuerpo que habla es el mismo que realizó la acción que se confiesa. Y si bien es cierto que el lenguaje es el medio fundamental a través del cual contamos el acto corporal, éste se halla a merced de los resortes corpóreos fundamentales en este caso: la laringe y la boca, protagonistas, a su vez, del intercambio corporal que se confiesa. Es así como Butler sostiene que la verbalización fruto de la confesión se convierte en la propia escena principal de lo relatado. Llegados a este punto, Butler se hace dos preguntas interesantes que dejo abiertas: ¿cuál es el contenido principal de una confesión? ¿Es un hecho, un vía para expresar el deseo, una ansiedad o una culpabilidad sobre la cual la confesión actúa como bálsamo?
Etiquetas: Butler, Queer, Sexualidad