El turno de África
Le ha tocado el turno al país, probablemente más libre y desarrollado del África subsahariana, de tomar las riendas del movimiento de ampliación democrática iniciada en Holanda en la década de 1990. Por primera vez en la historia, Sudáfrica se convierte en la primera nación africana en permitir los enlaces entre personas del mismo sexo. La Asamblea Nacional dio luz verde al proyecto de ley presentado por el gobierno del Congreso Nacional Africano, con una contundente mayoría de 230 votos a favor y 41 en contra [los principales opositores a la norma fueron los derechistas de la Unión Nacional]. La nueva ley o Civil Union Bill, consagra la unión voluntaria de dos personas bajo una unión civil o un matrimonio, sin especificar si han de ser homosexuales o hoterosexuales [imitando y tomando como referencia a la regulación española al respecto].
En palabras de la ministra de Interior sudafricana, cuando [los sudafricanos] logramos la democracia, dirigimos nuestros esfuerzos a distinguirnos de nuestro doloroso e injusto pasado, declarando que ningún sudafricano volvería a ser discriminado en base a su color, credo o sexo [orientación sexual]. Pero además, Sudáfrica se convirtió en la primera nación del globo [1994] en prohibir expresamente en su Constitución la discriminación basada en la orientación sexual de sus ciudadanos. Sin lugar a ninguna duda, el progresismo de la Carta Magna sudafricana se debe a la vocación rupturista de la naciente sociedad multicultural de país más meridional del continente negro. Pero además, el recuerdo omnipresente del terrorífico régimen segregacionista del apartheid, ha servido como catalizador de los derechos que los homosexuales sudafricanos, tanto negros como blancos, han demandado en los últimos años [amparados por un Estado de Derecho instaurado tras la toma del poder por Nelson Mandela y su partido del Congreso].
Sudáfrica se convirte gracias a la aprobación de esta ley, en un referente internacional en lo relativo al respeto y amparo de los derechos humanos básicos. Junto a Holanda, Bélgica, Canadá, España y el Estado norteamericano de Massachusetts, Sudáfrica lidera el núcelo de países en los que el proceso de ampliación de la democracia parece haberse asentado definitivamente, abriendo la puerta a la normalización progresiva de la homosexualidad, perseguida en casi todos los Estados del continente africano.
