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Quería ser holandés

Me levanto con un yunque en lugar de con una cabeza. Llevo semanas, quizá meses, quizá años  golpeándome con la nada, con lo que aparentemente menos daño hace, con lo que más dolor puede causar. Eres dañino, me digo mientras me hago un sándwich de pan integral con queso que parece plástico amarillo. Dicen que es gouda, algo que no es de extrañar dado el esperpento de ciudad del que procede: un pueblo a orillas de un lago artificial concebido como el parque temático de la Holanda de postal. Ahora mismo estoy descalzo, pero parece que llevo uno de esos zuecos de Gouda tan pesados y horribles que venden a los turistas. Los míos no están pintados ni con molinos ni con tulipanes, ni tan siquiera son de madera. Zuecos invisibles que hacen que camine peor de lo que ya lo hago. Mi madre me dijo el otro día que intentaría gestionar la devolución de mi nacionalidad holandesa arrebatada hace decenios. Mi preferencia por los quesos de dicho país y por llevar zuecos imaginarios son razones de bulto como para que me lo devuelvan. Mi cara es redonda como un gouda; mi corazón, agujereado como un maasdam; mi cabeza, pesada y rancia como un oudekaas, ese queso curado que mis abuelos me daban cuando era pequeño, en su bungalow del gueto para extranjeros. El queso me gusta, los guetos no. De poco importa lo que me guste, lo que deteste o lo que busque. Hoy me levanté con la cabeza hecha un yunque, con los pies calzados con zuecos y con el corazón haciendo aguas, sin dique que lo contenga. Lo de ser holandés tendrá que seguir esperando. 

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  • Anonymous Anónimo says so:
    11:19 p. m.  

    No sabes cuánto me alegra que vuelevas a escribir, siempre es un placer leerte, aunque lo que escribas no me "agrade" en el sentido más amplio de la palabra (ojala tuvieras otra situación y sentimientos en estos momentos). Llevaba tiempo, día tras día entrando en el blog para saber si tenías una entrada nueva y hoy apareció... Ya sabes lo que te voy a decir, todo pasa, evolucionamos, pasamos las rectas interminables, las duras colinas, las bajadas que dan vértigo... pero tengo el convencimiento de que, algún día, "llegaremos" al lugar (no sólo físico) que nos merecemos y que tanto se anhela en momentos así...

    Ya lo sabes, pero te aprecio muuuuchooooooo pekeno!!!!!

    Ruth top

  • Blogger Xerach says so:
    11:41 p. m.  

    Ayer mismo me acordé de ti. Gracias por seguir leyendo esto, que tengo medio abandonado desde que se me quitaron las ganas de seguir escribiendo. Ya lo sabes, pasaremos el jodido barranco este, enfangados hasta las cejas, para volver a subir la colina. Por cierto, no olvides que te quiero un montón. Un beso enorme. Xerach. top

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