Indecencia
La cruzada de los gemelos polacos contra las malas costumbres y la perversión parece no tener fin. No contentos con perseguir a los homosexuales, inmiscuirse en la libertad de cátedra de los docentes, investigar el pasado político de los polacos o cuestionar la sexualidad del teletubbie violeta, los Kaczynski han decidido plantarle cara a los pechos descubiertos y al topless en las frías playas de Polonia. Ahora pretenden crear patrulleras policiales que salvaguarden la integridad moral de las playas, vigilando que ninguna mujer decida enseñar al mundo sus atributos físicos. Por si todo esto fuera poco, y de cara a la Eurocopa de fútbol de 2012, han propuesto que cerca de 20.000 presos polacos trabajen en la construcción de los estadios, las nuevas infraestructuras y hoteles previstos para el evento, claro, sin cobrar ni un céntimo de euro.
El Estado de excepción instaurado por los gemelos fascistoides está minando las bases mismas de la Unión. En el interior de Polonia el éxodo de ciudadanos hacia las naciones más occidentales de la UE es un hecho, una inmigración en busca de mejores sueldos y un nivel de vida imposible de lograr en las tierras polacas. Pero, a raíz de la persecución contra todo lo que la derecha nacionalista y retrógrada de Polonia considera inmoral o perverso, los Kaczynski han creado un nuevo tipo de inmigrante, el político. Al parecer, y según recogen varias agencias de noticias, cientos de homosexuales polacos han abandonado el país hacia Alemania o Inglaterra por miedo a la homofobia de estado impulsada desde los resortes del poder. Una homofobia que se traduce en juicios-pantomima en el que la fiscalía acusa, sin prueba alguna, a homosexuales de ser pedófilos; en la prohibición de la celebración del orgullo por las calles de Varsovia; en los intentos del Ministerio de Sanidad polaco por intentar investigar “vías por las cuales curar a los homosexuales” de su “mal”... Esta es la indecencia que se viene practicando a diario en Polonia, defendida por la rancia derecha de este país [y por los elogios explícitos de Rajoy hacia la Polonia de los gemelos] y tolerada por las instituciones comunitarias. La deriva polaca podría arrastrar consigo el entramado político de la UE y poner en peligro el consenso sobre derechos humanos construido a lo largo de las últimas décadas en el seno de la Unión. Es intolerable que medios de comunicación, partidos políticos e instituciones estén dando amparo a las aberrantes políticas de los gemelos Kaczynski. Desde un país que se puede decir y sentir decente, como el nuestro, hemos de seguir denunciando y oponiéndonos a la tiranía de unos católicos intransigentes, intolerantes y deleznables: a los seguidores incondicionales y continuadores de la obra del difunto y fascistoide papa polaco.
El Estado de excepción instaurado por los gemelos fascistoides está minando las bases mismas de la Unión. En el interior de Polonia el éxodo de ciudadanos hacia las naciones más occidentales de la UE es un hecho, una inmigración en busca de mejores sueldos y un nivel de vida imposible de lograr en las tierras polacas. Pero, a raíz de la persecución contra todo lo que la derecha nacionalista y retrógrada de Polonia considera inmoral o perverso, los Kaczynski han creado un nuevo tipo de inmigrante, el político. Al parecer, y según recogen varias agencias de noticias, cientos de homosexuales polacos han abandonado el país hacia Alemania o Inglaterra por miedo a la homofobia de estado impulsada desde los resortes del poder. Una homofobia que se traduce en juicios-pantomima en el que la fiscalía acusa, sin prueba alguna, a homosexuales de ser pedófilos; en la prohibición de la celebración del orgullo por las calles de Varsovia; en los intentos del Ministerio de Sanidad polaco por intentar investigar “vías por las cuales curar a los homosexuales” de su “mal”... Esta es la indecencia que se viene practicando a diario en Polonia, defendida por la rancia derecha de este país [y por los elogios explícitos de Rajoy hacia la Polonia de los gemelos] y tolerada por las instituciones comunitarias. La deriva polaca podría arrastrar consigo el entramado político de la UE y poner en peligro el consenso sobre derechos humanos construido a lo largo de las últimas décadas en el seno de la Unión. Es intolerable que medios de comunicación, partidos políticos e instituciones estén dando amparo a las aberrantes políticas de los gemelos Kaczynski. Desde un país que se puede decir y sentir decente, como el nuestro, hemos de seguir denunciando y oponiéndonos a la tiranía de unos católicos intransigentes, intolerantes y deleznables: a los seguidores incondicionales y continuadores de la obra del difunto y fascistoide papa polaco.
Etiquetas: derechos humanos, homofobia, Libertad, libertad sexual, Polonia, UE